Tengo 12 años recién cumplidos, y seguramente diréis: "Es imposible que seas emo, eres muy pequeña, espera y verás". No. He visto mucho más que otras personas que me llevan años y años.
Mis padres se separaron al tener yo todavía siete años, a punto de cumplir ocho. A mi padre le importo un comino, y me trata como si fuera una carga para él. Ni que yo tuviera otra opción aparte de verle. Por un "don", al que me parece más acertado llamar maldición, con el dibujo, he perdido a muchos amigos y amigas. Por hablar con palabras que ni si quiera usan la mayoría de los adultos, parezco de otro tiempo. Vivo a través de alguien que no soy yo, y me he olvidado de quién soy. Me convertí en adolescente hace mucho, diría que a los seis años, dando una increíble zancada con la que acabé en el suelo, y aún no me he levantado.
Quizás debería de haber nacido mucho antes, en otra Edad.
No he llegado al suicidio, pero, aún así, todas las noches lloro. Y a veces, en el colegio no puedo más, y me pongo a llorar por cualquier estupidez, pues tengo más presente lo que me ha ocurrido que otra cosa.
Tampoco me visto de negro, pero si usase ése color, se darían cuenta, al primer momento, de que estoy harta de este mundo, de la necedad humana, de su egoísmo y avaricia. Hay veces que hasta mis profesores se percatan de que no tengo ganas de vivir, y me preguntan: "¿Qué te pasa?". Y contesto, como siempre, fingiendo: "¿Eh? Nada.".
Y así es cada día.
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